La Aripuca, construyendo nuestra propia trampa

Así se explica este lugar en las afueras de Puerto Iguazú. 

Un emprendimiento familiar que busca crear conciencia sobre los recursos naturales, la protección del medio ambiente y la valoración de la cultura y las creencias regionales.

Buscando atractivos o cosas que hacer en Puerto Iguazú apareció La Aripuca como una opción. ¡Vamos a conocerla!

Desayunamos y fuimos hasta una parada del transporte público cerca del hotel, sobre la Av. Tres Fronteras. Tomamos el mismo colectivo que lleva hasta el Parque Iguazú.

El pasaje se paga en efectivo y fueron $15 por persona (unos u$ 0.75 en agosto 2017). 


Le tienen que decir al chofer hasta dónde van y después recordarle para que los deje en alguna calle cercana al ingreso del complejo. Una vez que pasan la rotonda que está a la entrada de la ciudad, ya saben que tienen que dar aviso.


Desde la Ruta 12, en el km 4 y 1/2, caminan unos 300 metros, bien indicado por carteles.

Extraído de la página oficial 

La entrada costó $110 (unos u$5, en agosto 2017) y está abierto todos los días de 9 a 18 hs. La entrada se puede abonar con efectivo, pesos, reales o dólares y con tarjeta, al igual que en las tiendas que hay adentro.


La visita comienza con un breve recorrido realizado por un guía que explica los motivos de la creación del lugar y presenta todas las edificaciones con las que nos vamos a encontrar. 


El edificio principal, la Aripuca, la trampa gigante. Aripuca es el término guaraní para describir una trampa hecha de madera para capturar animales sin matarlos.


Tremenda estructura.


Huelan y sientan la madera...

La trampa original
Y después uno puede andar y pasear por dónde quiera.

El resto de los edificios son: 

- El Tacurú, un edificio construido de la piedra itacurubí o tacurú que encierra un negocio de venta de artesanías.


Van a conseguir muchos artículos comerciales y alguna joyita artesanal. Ni hablar de la fábrica de muebles de madera.


- El Yateí, pequeña abejita sin aguijón, una réplica de construcción típica misionera. Ofrece una gran variedad de productos regionales. No se pierdan los caramelos de madera o las confituras de madera o de dulces típicos. DI-VI-NO.


- El Cucurucho, un kiosco construido con madera de ibirá pitá, y donde van a poder comer helados de yerba mate y rosella, comprar yerba mate instantánea y unas buenas mandiocas fritas. Hicimos todo eso.


- El restaurante Termitas estaba cerrado pero nos acomodamos plácidamente en los juegos de sillones echos con raíces de ibirá pitá que lo rodean y pasamos el rato, entre mates, mandioca, sanguchitos y helado de yerba mate. 


¡¡¡Especial uso le dimos al dispenser de agua caliente al servicio del matero insistente!!!

Sentarse cómodamente en raíces de árboles
De lujo. ¿Quién te apura? Por supuesto, hay sanitarios y espacios para sentarse y hacer nada.

La recomendación de duración del paseo es de 2 horas. Nosotras nos quedamos hasta un rato antes del cierre.

Al inicio les dije que este lugar pretende llamar la atención sobre ecología y uso de los recursos. Recuperaron, salvaron, reciclaron madera de más de 30 especies de árboles provenientes del comercio ilegal. Ningún árbol fue talado para este fin.


Toda la información oficial la encuentran en este ENLACE.

Unas horas o varias. ¡Que lo disfruten!



Acá pueden ver el RESUMEN del viaje.

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