Odaiba, la ciudad del futuro

En el post anterior les había contado de mi visita a teamLab Borderless, un museo de arte digital que se encuentra en la isla artificial de Odaiba, en la bahía de Tokio.

Ahora quiero darles algunos datos más de esta particular isla. Porque hay mucho para explorar y disfrutar.

Un poco de historia

Odaiba que es, actualmente, un popular distrito de compras y entretenimiento en la bahía de Tokio, se originó como un conjunto de pequeñas islas fortificadas hechas por el hombre (Daiba significa, literalmente, "fuerte").

Estas islas se construyeron hacia el final del Período Edo (1603-1868) para proteger a Tokio contra posibles ataques desde el mar.


Más de un siglo después, las pequeñas islas se unieron en islas más grandes mediante rellenos sanitarios masivos, y Tokio comenzó un espectacular proyecto de desarrollo destinado a convertir las islas en un distrito residencial y comercial super moderno.

Hacia la segunda mitad de los '90, con la apertura de varios hoteles, centros comerciales y la línea de tren elevado Yurikamome, Odaiba se convirtió en una de las atracciones turísticas más populares de Tokio, con una amplia selección de tiendas, restaurantes y lugares de ocio.

Todo perfectamente edificado entre amplios espacios verdes y una bien planeada división del tráfico motorizado y peatonal.

Cómo llegar


Se puede llegar a la isla en transporte público, cruzando el Rainbow Bridge, gracias a la línea  elevada Yurikamone (no está incluido en JR Pass) y sus trenes automáticos sin conductor, o la línea subterránea Rinkai.

También es posible acceder por taxi acuático y hasta cruzar el puente caminando.

Qué ver

La isla ofrece atracciones para todos los gustos.

Si quieren pasear por los centros comerciales, destacan Decks, AquaCity, DiverCity y, dentro de Palette Town, Venus Fort.

No, no están en Las Vegas. Es Tokio.

Y en todos van a encontrar una amplia oferta gastronónimca, desde restaurantes de especialidad hasta patios de comida, más económicos y para todos los gustos.

En el 5to piso de Aquacity hay una pequeña "Ramen Street", si quieren disfrutar de este menú.

Seguramente alguien querrá tomar un café mientras un Unicorn Gundam custodia...

Este particular Gundam Cafe (la tienda oficial está en Akihabara) se encuentra en DiverCity.

¿Prefieren museos? 

Está el Museo de Ciencias Marítimas, el Museo de Ciencias Emergentes e Innovación (llamado Miraikan) y, como les comentara más arriba, el Museo de Arte Digital, teamLab Borderless.

Paraíso para los niños, y los no tanto, pueden pasear por Legoland y Tokyo Joypolis, subir a la gran noria Giant Sky Wheel, una de las más grandes del mundo, o acercarse hasta Mega Web para conocer el pasado y el futuro de los automóviles japoneses.

Cómodas áreas peatonales que conectan los distintos lugares.

¿Ya están agotados de tantas actividades y entretenimiento? 

Vamos a descansar a la playa y relajarnos en los parques o, para conocer un poco más de las costumbres japonesas, hay un Onsen.

Y, de camino a la playa, y una de las vistas más emblemáticas de la isla, recorrer el Promenade hasta llegar a la Estatua de la Libertad, con el famoso Rainbow Bridge, y la ciudad de fondo.

La estatua es una escala 1/7 de la original que se encuentra en la Bahía de Nueva York
y fue erigida en 1998 como homenaje a los vínculos entre Japón y Francia

También pueden visitar los cuarteles generales de Fuji TV y Telecom Center. Ambos cuentan con miradores que permiten disfrutar de las vistas de la bahía.

La entrada al observatorio (en la esfera) cuesta 700 JPY.

Mi día en Odaiba

Ir a Odaiba tenía tres objetivos: visitar teamLab Borderless, ir a saludar a la Estatua de la Libertad (porque, si me leen desde hace mucho, sabrán que Nueva York es donde está mi corazón) y tomar un taxi acuático muy especial: Himiko.


Aunque iba un día entre semana y no sabía cuántas horas me iban a llevar las actividades y hacer ocio, me confié y no reservé mi lugar en esta nave insignia. Llegué al muelle y ya no había lugar. 

No tengo foto de mi cara de desilusión.

Después, mientras veía al barco llegar e irse, entendí que estaba reservada para un fotógrafo y una pareja de novios. Menos mal que no entendieron el rosario de epítetos que les aventé. 

No fue Himiko, pero quería navegar el río Sumida en alguna nave especial. Fue Emeraldas, diseñada también por el mangata Leiji Matsumoto, en honor a Queen Emeraldas


El viaje, hasta el muelle de Asakusa, dura casi 1 hora y cuesta 1720 JPY para adultos. 

Pueden sacar su ticket tanto en el muelle como en la página: TOKYO CRUISE, aunque usar la página para reservar se lo dejo a los que sepan algo de japonés, porque la versión en inglés no es tan inglés y se termina complicando... Sí les sirve para saber los horarios de los viajes.

Mejor ir al muelle con tiempo y pueden pagar en efectivo, con tarjeta de crédito o con SUICA/PASMO, las tarjetas monedero.

Vista desde la cubierta de Emeraldas.

Y en el muelle de Asakusa terminó mi paseo por Odaiba. 

Y terminó el último día SIN LLUVIA en la ciudad porque, unas horas después de desembarcar de Emeraldas y, hasta 2 minutos antes de embarcar en el vuelo hacia mi siguiente destino, nunca paró de llover.

Asakusa, al día siguiente, bajo la lluvia. 

Nuevamente agendo a Odaiba para seguir paseando. Nuevamente agendo el taxi por el río. 

Ahora que ya sé, que ya estuve, les recomiendo tremendamente que hagan este paseo y que lo hagan de día: ir desde Asakusa (o Toyosu) hasta Odaiba por el agua. 

Háganle caso a una gila. ¡Ese va a ser mi planazo para la próxima!

See ya!

Comentarios