El puente de Williamsburg

Me gusta el agua. Si le dan una vuelta al blog, van a encontrar muchas publicaciones que cuentan paseos por arriba, por abajo, por los alrededores, por las riberas y los costados del agua. 

Ríos, lagos, cataratas, islas y demás. 

Y los puentes que nos hacen caminar sobre el agua.

Carril exclusivo para peatones.

De Nueva York, les había contado cuando crucé el Brooklyn Bridge y el Roosevelt Island Bridge

Ahora es el turno de cruzar el East River por el Puente de Williamsburg. 


Este puente se empezó a construir en el S. XIX y se inauguró en diciembre de 1903. Une el Lower East Side de Manhattan con el barrio de Williamsburg en Brooklyn. 

Fue el segundo puente que se construyó sobre el East River y supo ser el puente colgante más largo del mundo hasta 1924, cuando se inauguró Bear Mountain Bridge sobre el río Hudson.


Tiene una longitud de 2227 metros y, a paso firme, se lo puede cruzar en unos 30 minutos. 

A diferencia de su muy famoso vecino, el puente de Brooklyn, el carril para peatones (del lado sur), está separado del carril para ciclistas (del lado norte) por 2 vías de metro. Sólo comparten un par de cuadras juntos.


Un nivel más abajo, hay 8 carriles para automóviles. 

La entrada al puente, para peatones y ciclistas, en el lado de Manhattan, está en Delancey St y Suffolk St.


Del lado de Brooklyn, el carril para peatones, inicia en Bedford Ave, a pasos de S 6th St. Para ciclistas, el carril empieza en S 4th St y S 5th Pl, una de las esquinas de la plaza Continental Army. 

La mayor diferencia de este puente con el puente de Brooklyn y, en menor medida con el Manhattan, es que este puente es casi 100% local. Es vía de tránsito preferente de los vecinos de los barrios a uno y otro lado del río. Es muy poco transitado por los turistas.


¿Será tal vez porque la metálica caja rosada no deja ver el paisaje en su totalidad? 

¿Será porque el carril exclusivo para peatones o ciclistas nos quita la posibilidad de mirar hacia el otro lado? 

Quién lo sepa, que responda en comentarios.


Mientras tanto, es una gran opción para caminar sobre el agua sin que nos tengamos que cuidar de las bicicletas o haciendo zigzag entre miles de turistas que queremos LA foto. 

Sumen que vamos a ver pasar a los trenes JMZ cada tanto. 


Y, si hicieron como una que yo sé, que se fue a comer un sanguchito a Katz’s… es buen plan para apaciguar calorías.

Half a pastrami sandwich... nop, no llena ni una muela. Tendré que volver a redimirme.

Quedan muchos puentes para ser cruzados. Sigo con mi misión de caminar sobre el agua...

See ya!

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